Según su biografía, Bracklow «aliena» los objetos con hormigas hiperrealistas pintadas a mano para resaltar la relación entre el hombre y la naturaleza. Una buena pieza de porcelana (un plato, una tetera, un azucarero) llena de hormigas probablemente te hará sentir escalofríos. Según Bracklow, además de desencadenar el reflejo nauseoso, también te obliga a reflexionar sobre «valores, apreciación e impermanencia». La idea de que los lujos y comodidades que podemos dar por sentado pueden ser pervertidos, destruidos o simplemente superados por la naturaleza y devueltos a su estado original en cualquier momento.
Bracklow vende sus platos infestados de hormigas y en su tienda de Etsy. Compruébalo, pero ten en cuenta que son bastante caros.
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